Si te preguntara qué es lo más importante al cocinar, probablemente pensarías en los ingredientes, las especias o la técnica. Pero hay un protagonista silencioso que muchas veces pasa desapercibido: <strong>el agua</strong>. Sí, ese líquido incoloro y aparentemente inofensivo tiene un impacto enorme en el sabor, la textura e incluso el valor nutricional de los alimentos. Y, como todo en la vida, no toda el agua es igual.
Desde la suavidad de un buen arroz hasta la jugosidad de una carne bien cocida, el agua es clave en muchos procesos de cocción. Dependiendo de su composición, puede realzar o arruinar una receta. Aquí te explicamos por qué:
Tal vez no lo sabías, pero el agua de tu grifo puede ser "dura" o "blanda", y esto tiene un impacto directo en tu cocina.
Contiene altos niveles de calcio y magnesio. Aunque no es perjudicial para la salud, sí puede afectar la cocción.
El agua blanda, con menos minerales disueltos, permite que los alimentos mantengan su textura y sabor original. Su baja concentración de calcio y magnesio evita que las legumbres y verduras tarden más en ablandarse, lo que se traduce en tiempos de cocción más cortos y alimentos mejor conservados. También ayuda a lograr una mejor disolución de ingredientes en caldos y salsas, haciendo que los sabores se integren de manera más uniforme.
Otro beneficio es su impacto en la panadería y repostería. En masas fermentadas, una menor cantidad de minerales permite que la levadura trabaje mejor, resultando en panes más esponjosos y bien desarrollados. Además, en preparaciones como el café y el té, evita que los sabores sean alterados por partículas minerales, realzando su pureza y aroma.
Ahora que sabemos cómo el agua influye en la comida, hablemos de por qué deberías considerar cocinar con agua filtrada en lugar de agua del grifo.
El cloro y los sedimentos pueden afectar el sabor de sopas, guisos y vegetales. Un sistema de filtración avanzada elimina estas impurezas, permitiendo que los ingredientes conserven su sabor natural.
Cuando el agua tiene impurezas, es común añadir más sal y especias para compensar. Cocinar con agua purificada permite disfrutar los sabores reales sin necesidad de sobrecargar los platos.
El agua de baja calidad puede acelerar la pérdida de vitaminas y minerales durante la cocción. Un buen sistema de filtrado ayuda a preservar los nutrientes esenciales en la comida.
El agua del grifo puede contener cloro, plomo, microplásticos y otros contaminantes. Usar un filtro de alta eficiencia, como el Aqua Nano CTU 500, ayuda a eliminar hasta el 99% de estas impurezas, asegurando que lo que consumes es más saludable.
Si cocinar con agua filtrada ya es un gran paso, hay una alternativa aún más eficiente: cocinar con un mínimo de agua. Este método es ideal para conservar al máximo los nutrientes y potenciar el sabor natural de los alimentos.
Las ollas y sartenes de Rena Ware están diseñadas para permitir la cocción en su propio jugo, sin necesidad de añadir grandes cantidades de agua. Esto evita la pérdida de vitaminas hidrosolubles, como la C y algunas del grupo B, que suelen disolverse en el agua de cocción. Además, reduce el tiempo de preparación, optimizando el consumo de energía y asegurando platos más saludables.
Otra ventaja es la posibilidad de cocinar sin aceite, gracias a las superficies de acero inoxidable que permiten sellar los alimentos sin que se peguen. De esta forma, se reduce el consumo de grasas innecesarias y se conservan los sabores y texturas de manera más natural.
El agua que usas en la cocina influye mucho más de lo que imaginas. Usar agua filtrada no solo mejora el sabor de los alimentos, sino que también ayuda a conservar nutrientes y a evitar la contaminación con impurezas. Si además combinas esto con técnicas de cocción saludable, como la cocción sin agua y sin aceite de Rena Ware, estarás optimizando tu alimentación y disfrutando de comidas más sanas y deliciosas.